Cinco claves del flojo inicio del súper River de Gallardo
Con dos partidos jugados, el River de las figuras de Gallardo sigue muy lejos de las expectativas que generó en el mercado de pases. Las razones son variadas y el propio entrenador ya las puso de manifiesto en las conferencias de prensa.

El River de Gallardo, luego de una muy buena pretemporada y dos amistosos que ilusionaron, arrancó la Liga Profesional con dos partidos decepcionantes, en los que lo único rescatable fue que no perdió. Aquí cinco claves para entender las razones:
1- El juego colectivo
Si bien en los amistosos se habían observado momentos de juego fluido y conectado, en estos dos partidos oficiales (1-1 vs. Platense y 1-0 ante Instituto) el equipo fue la contracara. Cuesta encontrar jugadas en las que la pelota tenga traslado continuo y con posesiones largas pero efectivas. Por lo contrario no aparecieron sociedades ni por derecha, no por izquierda y la salida limpia del fondo con Enzo Pérez como gestor inicial fue una falta notoria hasta el momento. Lo colectivo no fue aún un valor y cómo suele pasar en los equipos de Gallardo eso afecta en lo individual.
2- Rendimientos individuales
En este sentido y enganchado con la clave anterior, a excepción de Gonzalo Montiel -figura en los dos partidos y eso también es un síntoma de que el equipo no funciona- el resto no sale de la línea de lo irregular. Algunos casos particulares lo identifican como son las dudas entre Paulo Díaz y Germán Pezzella, Santiago Simón o Giuliano Galoppo, Matías Rojas o Manuel Lanzini y Gonzalo Tapia o Facundo Colidio. Que en los primeros dos partidos donde eligió los mismos 11 ya se mire como están los suplentes es otra muestra del asunto.
3- Los planteos rivales
Con dos formas diferentes de jugar, con dos estrategia tácticas distintas y en campos de juego diametralmente opuestos, tanto Platense como Instituto le causaron la misma incomodidad y lo neutralizaron con la misma eficacia. Esto advierte que también el problema lo tiene River. Platense se agrupó atrás y le dejó la pelota para que la maneje desde el fondo y no lo presionó. Instituto, en cambio, lo presionó alto, no fue al Monumental a defenderse, le disputó cada lugar del campo, hizo marcaciones individuales por zona y lo atacó. Dos modos distintos, a los cuales River le ofreció la misma ineficacia y la misma falta de ideas para superar esos planteos.
4- El sistema táctico
River viene jugando un 4-3-1-2 muy evidente, con los laterales altos, con dos interiores que terminan jugando casi en una línea de tres volantes ofensivos junto al enganche y la doble punta. Esa idea se derrumbó en el segundo tiempo ante la Gloria donde acabó jugando luego con tres puntas y hasta pasó a un 4-2-2-2 que tampoco le cambió el modo de funcionamiento. Lo dijo Gallardo no le gustó para nada el equipo y por eso tuvo que buscar tantas variantes tácticas a ver si algo le cambiaba. Le cambio el resultado pero para lo que busca el DT no es esa la explicación.
5- Los sellos de Gallardo
Por ahora no hay sellos de Gallardo en el equipo. Los delanteros no logran hacer pesar la presión alta, ya sea porque no encuentran el modo, o porque los rivales le evitan que usen esa arma. La presencia ofensiva de los laterales aparece pero como no hay asociación con el resto de los volantes y los delanteros el arma se desvanece. Los zagueros jugando alto para hacer corto el equipo por ahora no son seguros y cuando pierden dejan a Armani mano a mano. Tampoco el equipo tiene ese vértigo y esa velocidad eléctrica para mover la pelota y no darle referencia de marca a los rivales, por eso es un equipo previsible.