Hace más de 40 años y de la mano de Carlos Pittaro, nació el Luján Handball en el corazón del barrio de Villa Maipú en la Provincia de Buenos Aires.
Este humilde club, cuyo único patrimonio son las pelotas y los conos con los que entrenan, funciona en el campo de deportes de un colegio. De la mano de Pittaro supo lograr los mayores éxitos deportivos, pero hoy se encuentra inmerso en una serie de derrotas que parece no tener fin. Y el descenso apremia, y el viejo entrenador vuelve a dar una mano apelando al sentido de pertenencia de varias personas ligadas a la institución.